viernes, 20 de marzo de 2009

#06 :: 4 / Elogio de la arroba

Si la “a” fuese mayúscula sería el símbolo perfecto de la anarquía. Pero es minúscula, y está rodeada no por un círculo cerrado sino por una especie de espiral, como un gato rodeado por su propia cola que saca la cabeza por debajo de la alfombra. El mismo correo electrónico es una forma de anarquía poderosa pero minúscula, obtenida no por rebelión sino por entropía: una anarquía de carácter felino, que viaja de computadora en computadora y llega a la mesa de trabajo trayendo mensajes de otro mundo, como un gato que sube al escritorio saltando sobre estantes y muebles, con trayectorias que tienen para él un sentido muy claro, pero que a nosotros nos resultan imprevisibles, inverosímiles, imposibles.
Una arroba es una ánfora, es un gato, es un mensaje: los símbolos están hechos así y nosotros nos hemos habituado rápidamente a convivir con esta “a” plácida y desgarbada, difícil de anotar a mano, reproducible en muchos casos gracias a tres teclas, portadora de su propia anarquía minúscula y espiralada, como un gato rodeado por su propia cola que saca la cabeza por debajo de la alfombra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario