Ahora bien ¿habría que considerar nuevo o viejo el santuario, el templo mayor del shintoísmo? Como edificio es muy reciente. Desde cierto punto de vista, milenario. Esa cuestión no preocupa mucho a los japoneses, lo cual es, en el fondo, justo: después de todo, para Dios el tiempo es un detalle secundario.
Nota aparecida en el diario La Nación, 29 de mayo de 2002
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